Esquema del funcionamiento de una Red de calor
Con sede en uno de los territorios más ricos en recursos forestales del país, REBI centra su actividad en la confección y puesta en marcha de Redes Urbanas de Calor (District Heating) con Biomasa.
De la central parte un conducto principal que se divide en ramales bajo las calles para llegar a cada una de los edificios susceptibles de adhesión. Por las tuberías discurre energía térmica en forma de agua caliente a una temperatura de 90ºC, llega a la salas de calderas de los edificios y, a través de un pequeño aparato denominado intercambiador que se coloca en la sala, el agua se incorpora a los circuitos propios. En ese momento se produce el cambio de un combustible fósil a uno renovable, la biomasa, con la misma generación de calor que el servicio actual. Paralela a la tubería de ida, trascurre la de retorno, que vuelve con agua fría a la central térmica, ambas totalmente aisladas para minimizar la pérdida de calor a lo largo de los kilómetros de Red. Asimismo, incluye un sistema de detección de fugas y averías de última generación, todo el circuito está monitorizado y conectado al sistema de tele-gestión.
El modelo District Heating de REBI garantiza un sistema de producción y gestión energética integral, desde la obtención de la materia prima hasta el suministro de la energía calorífica a los bloques de edificios.
A través de la fábrica de producción de Biomasa y Astilla de madera, propiedad del Grupo de empresas al que pertenece REBI, se asegura el suministro óptimo de la materia prima, integrando verticalmente el negocio con las explotaciones forestales, lo que reduce los riesgos de aumento de costes por parte de los proveedores y el poder negociador de los mismos.
Este proceso integral prosigue con la intervención de los equipos del resto de empresas del Grupo en las labores de ingeniería, configuración y edificación de los proyectos, con dilatada experiencia tras la realización de las redes de calor anteriores y con el conocimiento necesario para asegurar un desempeño óptimo tanto de las centrales como de las redes urbanas.
El sistema de tele-gestión ya se puso en prueba en la central térmica de Ólvega en 2012; la Red lleva adherida fibra óptica, un cable que llega hasta el circuito del usuario y su sala de calderas. La fibra óptica permite detectar cualquier tipo de fuga del agua que circula por el circuito cerrado, daños que se produzcan en el aislante y en la tubería, así como otras incidencias que puedan afectar al circuito o la sala de calderas.
Este sistema de fibra óptica está conectado con un ordenador que controla las posibles incidencias y dispone de un sistema de alarmas. Si falla la presión en una determinada zona de la red, el programa lo detecta y lo notifica al personal de mantenimiento, con la ventaja de que se puede conocer con precisión donde se ha producido el problema. Además, la tecnología permite previsualizar a tiempo real continuamente el consumo de calor en calefacción y agua caliente de cada cliente, el consumo en kilovatios térmicos y el consumo de temperatura. Con estos datos, REBI adecua la oferta de energía a la demanda para planificar el aprovechamiento más adecuado de su producción y del uso de la astilla.
Además, las antiguas calderas existentes en los edificios no se desmantelan sino que permanecen operativas para salvaguardar el suministro de energía a los hogares en un hipotético caso de fallo del sistema.