Suma y sigue. La red de calor de Aranda de Duero ha experimentado un nuevo salto y cuenta con un total de 2.500 viviendas contratadas frente a las 2.000 que registraba hace apenas cinco meses. Esto, además de un aumento del 25% en comparación con abril, supone que ya están unidas a este sistema de biomasa el 19% de todas las viviendas principales que existen en la capital ribereña, 13.250 según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que considera como tales a las utilizadas durante toda o la mayor parte del año como residencia habitual de una o más personas. A ello se añaden varias residencias de mayores, el Hospital de los Santos Reyes y una decena de edificios municipales, incluidos el parque de bomberos, un par de colegios públicos y guarderías.
Detrás del auge que registra la red de calor se halla el imparable aumento del precio del gas, que llegó a dispararse casi un 50% en agosto pese a que las reservas se hallan en máximos. Estas circunstancias han empujado a muchos consumidores a buscar soluciones para abaratar su factura de luz y calefacción de cara al invierno. Fuentes de la empresa soriana Recursos de la Biomasa (Rebi) detallan que en este momento están centrados en la zona próxima al hospital arandino y a la céntrica calle Miranda do Douro. En cuanto atraviesen con su infraestructura el puente Bigar, algo que está previsto que se produzca antes de finales de este año, se centrarán en los Jardines de don Diego y de ahí podrán subir sus canalizaciones hacia el barrio de Santa Catalina, uno de los más poblados de toda Aranda y donde próximamente se llevará a cabo un proyecto de regeneración urbana, el conocido como ARU. Una vez allí, esperan que el crecimiento sea exponencial ya que la mayoría de edificios requieren mejorar su eficiencia energética. "La demanda cada vez es mayor. La energía está carísima y hay una mayor conciencia de no contaminar", expone por su parte Tasio Martín, responsable de la constructora arandina encargada de unir la red de calor a las viviendas que así lo soliciten.
A todo ello se suma la licencia aprobada recientemente por el Ayuntamiento de Aranda para las obras de ampliación de la red de calor en la avenida Picasso, entre la avenida Orfeón Arandino y la Nacional 122. Según detallan desde Rebi, con este permiso se marcan como objetivo llegar en el futuro al Instituto Vela Zanetti. Así las cosas, entre unos pasos y otros, Rebi ha triplicado su personal en el último año y, de hecho, en la empresa avanzan que están "a punto de iniciar el servicio de red de calor de Cuenca". Además, desde agosto son los responsables de esta infraestructura en Móstoles.
"Buena alternativa". Esta apuesta por las energías renovables convierte a Aranda en "un pleno ejemplo de economía circular", como defiende Tasio Martín. A su juicio, la ciudad dispone de una de las redes de calor "más eficientes" desde 2019 ya que además de aprovechar los recursos de la biomasa también emplea el sobrante de energía de Michelin. Más concretamente, recuperan el vapor de las torres de refrigeración "y nos quedamos con esa energía". Por todo ello, Martín subraya que se trata de "una buena alternativa". En primer lugar, por factores medioambientales. Y, en segundo, económicos, sobre todo de cara al consumidor.
Tras calificar de "caso de éxito" lo logrado en Aranda, Martín remarca que este sistema se ha consolidado en varias ciudades de España y "ha pasado de ser un perfecto desconocido a venir para quedarse, como sucede en Europa". Al final, continúa, "la eficiencia manda". Así como no depender de los combustibles fósiles. De hecho, algunas edificaciones nuevas de Aranda se han unido directamente a la red de calor.
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