Una nueva comunidad de propietarios en la calle Sigüenza de la capital ha consensuado su adhesión a la Red de Calor sostenible que REBI desarrolla en la ciudad. Son 64 vecinos, que dejan de consumir un combustible fósil como es el gasóleo y a partir de ahora utilizarán la energía térmica de biomasa en su calefacción y agua caliente sanitaria.

El cambio supone importantes ventajas para la comunidad en materia económica, pero también medioambiental, dejarán de emitir 174 toneladas de CO2 a la atmósfera anualmente.

No tienen que llevar a cabo ningún desembolso inicial, los nuevos usuarios solo pagan por lo que consumen a partir de este momento con un precio estable de la energía1.

La energía térmica, generada por la combustión de biomasa, es una energía alternativa, limpia y renovable. El uso de biomasa o de sus derivados puede considerarse prácticamente neutro en términos de emisiones netas de dióxido de carbono al emplearse en cantidades iguales a la producción neta de biomasa del ecosistema que se explota, con unas emisiones de CO2 a la atmósfera de 0,018 kilos de CO2 por kilovatio, 17 veces menos que el gasóleo.