La Universidad de Valladolid confía en las energías renovables como una alternativa a los combustibles fósiles, tanto en ahorro económico como medioambiental. Hace unos meses apostó por construir una Red de Calor por Biomasa de 11 kilómetros en el Campus Miguel Delibes de Valladolid, que abastecerá de calefacción y agua caliente sanitaria a 24 edificios de la Universidad de Valladolid (UVA), 3 edificios propiedad del Ayuntamiento y 4 de la Junta de Castilla y León. El proyecto está en marcha, con un plazo de ejecución de 12 meses.
Ahora ha sido la vicerrectora del Campus de Soria, Amelia Moyano, quien ha pedido a sus superiores de Valladolid extender el servicio que ofrece la caldera de biomasa instalada en uno de los edificios del ‘Duques de Soria’. Esta caldera fue pionera, pero ahora se hace necesario distribuir su servicios al resto de edificios del Campus, para lo que la UVA ha confiado una vez más en la empresa soriana Rebi-Recursos de la Biomasa, la misma que construye la Red de Calor de Valladolid junto a Cofely en Unión Temporal de Empresas junto a la nueva facultad de Ciencias y cuya licencia de construcción la ha otorgado hoy viernes el ayuntamiento vallisoletano.
El vicerrector de Infraestructuras y Patrimonio, Antonio Orduña, visitó el pasado jueves el Campus soriano junto al gerente de Rebi, Alberto Gómez. La Empresa de Servicios Energéticos (ESE) soriana se va a ocupar de extender le energía térmica que proporciona la biomasa a través de una pequeña Red a todas las instalaciones sorianas. La inversión que destinará sobrepasará los 100.000 euros.
El Campus de Soria cuenta actualmente con dos calderas, una de gas y otra de biomasa, que proporciona calefacción y agua caliente sanitaria. El Campus de Soria se convirtió a principios de 2007 en el primer edificio público de la provincia castellanoleonesa que instala una caldera de biomasa. Este proyecto se enmarca en el plan de la Universidad de Valladolid de sustituir, en la medida de lo posible, el consumo de energías fósiles por energías alternativas en sus edificios. Los responsables del proyecto decidieron empezar por el el Campus de Soria por dos motivos: la abundancia de biomasa (sobre todo procedente de la industria maderera) en esta provincia y la próxima instalación allí del Observatorio Nacional de Biomasa.
La caldera en servicio tiene una potencia de 500.000 kilocarías/hora y un consumo de biomasa entre 120 y 150 kilogramos/hora, según el poder calorífico del producto, fundamentalmente de la humedad.