Que todos llenamos nuestro depósito del coche con menos dinero es innegable, y que las familias que utilizan gasóleo para calentar sus casas se han visto beneficiadas económicamente gracias a la caída del petróleo también lo es pero ¿va a seguir bajando el precio del petróleo? ¿se va a mantener así de por vida? ¿las energías renovables son competitivas a día de hoy? Hay una gran incertidumbre instaurada en el mundo sobre este asunto, preocupación en los mercados, especulación, previsiones… Petroleras, gasistas, gobiernos, estrategias de mercado, todo confluye en un concepto que al ciudadano particular se le escapa, que no puede controlar, y que es la inestabilidad. Una inestabilidad que genera un espejismo de satisfacción en la actualidad porque el precio está bajo, que genera graves problemas de pobreza energética en los hogares cuando el precio sube, y que genera incertidumbre sobre lo que puede ocurrir en un futuro próximo. Es ahora cuando las energías renovables ofrecen su mejor cara, que es la estabilidad económica, al margen de su mayor ventaja que es la renovación e infinidad frente a un oro negro que se va acabando a la par que el consumo va a aumentando, como lo hace el nivel de población mundial. Sin olvidar el aspecto ecológico de las energías verdes, alternativas y limpias que evitan la emisión de gases a la atmósfera.
Durante los últimos meses del pasado año hemos asistido a un fuerte descenso en los precios del petróleo, aunque inicialmente parece una buena noticia, hay que tomarla con precaución ya que tras los efectos evidentes, se esconden futuras consecuencias preocupantes. La gasolina y el gasóleo llevan varias semanas rebajando sus precios al por menor, aunque en menor medida que el petróleo; recordemos que aproximadamente la mitad del precio de la gasolina proviene de impuestos, de forma que una bajada del 50% en el precio del petróleo sólo abaratará la gasolina un 20%.
Para entender por qué ahora compramos nuestro gasóleo de calefacción más barato que hace meses y a qué precio lo vamos a comprar en este año 2015, hay que hacer un análisis profundo de la situación. Una situación complicada e incontrolable socialmente. Dicho análisis engloba muchas opiniones pero sin duda la más relevante es la que provine de los productores árabes de la OPEP. A día de hoy, esperan que los precios mundiales del petróleo reboten hasta un nivel de entre 70 y 80 dólares por barril a mediados o finales del año gracias a una esperada recuperación de la economía mundial. La subida se llevará a cabo de forma paulatina, los productores no ven ahora un regreso a los 100 dólares por barril a corto plazo. ¿Cuál es el motivo de esta subida que ya está próxima? Creen que se va a ralentizar el crecimiento de productores de hidrocarburos no convencionales en EEUU que extraen el petróleo de esquistos –también llamado petróleo no convencional o shale oil- a través de la técnica de fracturación hidráulica conocida como fracking. El progresivo agotamiento de los yacimientos convencionales ha hecho que la industria petrolera se aventure a explotar filones cada vez más pobres y de difícil extracción utilizando técnicas medioambientalmente muy agresivas pero con un atractivo económico creciente a medida que sube el precio del petróleo. Esta circunstancia ha sido el detonante de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) tomara la decisión hace unos meses de enfrentarse vía precios al fracking de EEUU, al petróleo de aguas 'ultraprofundas' de Brasil o a los millones de barriles que bombea cada día Rusia.
La OPEP incide en su último informe en que el precio bajo del petróleo ahora comienza a estimular la demanda, por lo que los precios tienden a recuperarse; así, podrían encontrar un nuevo equilibrio hacia mediados y finales del 2015, incluso aunque no se produzcan recortes de producción por parte de la OPEP, algo que se ha venido descartando repetidamente. Y es que estas seis naciones que integran la poderosa Organización no han reducido la producción mientras que el precio se ha descolgado en más de un 55 por ciento en seis meses: es su agresiva estrategia puntual para hundir el negocio del fracking, se trata de una clara aplicación de la práctica comercial conocida como dumping o competencia desleal que consiste en vender un producto a un precio inferior al coste incurrido para producirlo con el fin de competir más eficazmente en el mercado. Son técnicas que se ponen en marcha para defender un mercado amenazado e impedir que el monopolio se vea quebrado.
Consecuencias para quien aplica dumping. Las naciones petroleras del Golfo se preparan para vivir tiempos difíciles con la caída de los precios del crudo, tras una década de fuerte crecimiento en la que no diversificaron lo necesario sus economías. Es duro para los seis países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar y Omán), que producen en total 17,5 millones de barriles diarios. Son las consecuencias del dumping para quien lo aplica. Con los nuevos precios perderán la mitad de sus ingresos en petrodólares, es decir, unos 350.000 millones por año. El petróleo les asegura hasta el 90% de sus ingresos por lo que inevitablemente esperan tener déficits presupuestarios en 2015. Una reducción de gastos será necesaria, así como nuevos impuestos, y todo ello puede provocar descontento social, en un contexto de deterioro económico. La caída de los precios del crudo ya ha empezado a afectar a las bolsas de las seis monarquías, donde varias empresas cotizadas han perdido miles de millones de dólares en capitalización.
Esta estrategia comercial tan agresiva no puede mantenerse en el tiempo. Es una de las razones que lleva a la empresa analista Moody’s Analytics a pronosticar que los precios mundiales del petróleo empezarán a subir a mediados de 2015 que se situarán en 80 dólares por barril. Moody’s apunta también otros motivos como el stock de oro negro debido a la disparidad del 30% entre la demanda pronosticada en 2014 y la oferta, así como el fortalecimiento del dólar frente a otras divisas.
Consecuencias para quien recibe dumping. Según Chris Lafakis, economista de Moody´s, las 25 empresas petrolíferas de esquisto –o de fracking- más grandes de EEUU ya han recortado sus gastos para 2015 por un total de 12.000 millones de dólares, un 20% de todos los gastos previstos este año. El responsable de la petrolera italiana Eni, Caludio Descalzi, explica cómo el fuerte descenso de los precios del petróleo está teniendo un efecto significante en la actividad perforadora en EEUU, los últimos datos muestran un descenso del 16% los equipos activos de perforación en tierra. Se prevé que las plataformas de extracción operativas sobre tierra se reducirán hasta octubre de 2015 en un 24%, para volver a crecer de una forma sostenida a partir de noviembre de este año.
Estos datos son negativos, pero tienen parte de su explicación en la gran cantidad de perforaciones que se iniciaron durante los meses de 2014 en los que el crudo se encontraba por encima de los 100 dólares el barril. Ahora existe una importante 'reserva' de perforaciones realizadas y algunas que aún están por terminar que junto a la caída del precio del crudo van a detener en seco las nuevas perforaciones y algunos de los pozos ya existentes. Pozos pequeños y antiguos, llamados strippers en inglés, y decenas de miles de pozos similares, están a punto de perder dinero, por lo que se esperan cierres en gran parte de América del Norte, incluyendo los yacimientos más antiguos de Bakken en Dakota del Norte, y áreas donde la geología es difícil, como en la cuenca de Anadarko en Kansas y Oklahoma.
Previsión de consumo mundial de petróleo en 2015. El consumo mundial de petróleo llegará en 2015 hasta 92,35 millones de barriles diarios (mbd), un 1,33 por ciento más que en 2014, el mayor ritmo de crecimiento en cinco años. Las últimas previsiones de la OPEP calculan que es Estados Unidos quien tira de esa mejora, gracias a un aumento de la demanda del 0,91 por ciento, mientras que tanto Europa como los países desarrollados del Pacífico consumirán menos crudo. Así, Europa usará unos 70.000 barriles menos de crudo al día que en 2014 (-0,52 %). La OPEP explica que hay muchos factores que pueden afectar aún más al consumo en el Viejo Continente, como la marcha de la economía, el cierre de refinerías, el uso de combustibles alternativos y una mayor eficiencia de los medios de transporte por carretera. El reporte de la OPEP indica que la economía en el conjunto de los países ricos, los que más queman petróleo, crecerá un 2% en 2015, mientras que el PIB mundial subirá un 3,4%. Con todo, la OPEP advierte de que esa mejora sigue estando sometida a incertidumbres, entre las que cita la fortaleza de la recuperación en EEUU, la persistente fragilidad en la zona euro y el equilibrio en Japón entre austeridad y políticas de estímulo.
España compra en el mercado internacional un 99,5% de los hidrocarburos consumidos. Lo único cierto en este asunto es que está sometido a una enorme inestabilidad y especulación, tendrán que ser vigilados de cerca los asuntos geopolíticos y su potencial efecto secundario en la economía real. China, aunque ralentiza su crecimiento económico respecto a 2014, necesitará el próximo año 10,7 mbd para alimentar su creciente industria y necesidades de transporte, con lo que el país asiático consumirá el 11% de todo el crudo que se quema en el planeta. En Latinoamérica, el consumo subirá más de un 3%, especialmente debido a los preparativos para los Juegos Olímpicos de Brasil de 2016, mientras que se espera una caída de la demanda en Argentina y otros países.
Diversidad de opiniones. Fijando la mirada en más opiniones, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, pronostica que el año que hemos arrancado mostrará un precio del barril Brent de petróleo que se va a recuperar respecto a su cotización actual, situada por debajo de los 50 dólares. "Creo que en 2015 veremos precios de 85 dólares, pero esto no lo sabe nadie", aseguró hace unos días durante unas jornadas en Nueva York en declaraciones a periodistas. El máximo responsable de la petrolera española cree que su compañía puede soportar precios hasta de 60 dólares, en referencia a los yacimientos de Brasil, Libia, Venazuela o Trinidad y Tobago. Sin embargo, la extracción del petróleo no convencional extraído mediante fracking en Estados Unidos no resulta rentable por debajo de los 70 dólares.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) cree que la bajada en los precios del crudo tiene los días contados. El economista jefe de este organismo AIE, considerado como una especie de FMI energético, Fatih Birol, argumentó recientemente que hay algunos riesgos a nivel geopolítico que amenazan con revertir la situación actual ya en el medio plazo: Birol se refirió en concreto a la tensión en Irak, que espanta nuevas inversiones y amenaza con provocar una escasez de oferta a nivel mundial que disparará la cotización del Brent y comprometerá la seguridad de suministro. Irak es el noveno productor mundial de crudo, con una contribución del 3,7% sobre la oferta global. El país hace una aportación extremadamente útil al suministro y la nueva contribución de países como Estados Unidos o Brasil no logrará cubrir las previsiones de la demanda.
La previsión de este organismo energético es que el precio del petróleo se estabilizará en el primer trimestre de 2015, entre otras cosas porque una caída del precio del petróleo por encima del 30% supone una merma de ingresos para Rusia próxima a los 80.000 millones de euros, según los cálculos realizados por el Ministerio de Finanzas del país.
Consecuencias a cinco años vista. Si tomamos en cuenta el juego de la oferta y la demanda, es posible analizar las consecuencias derivadas de la situación actual a largo plazo (unos cinco años). Haciendo un ejercicio de lógica se puede suponer que conforme menor es el precio de algo, menos interesa buscarlo y explotarlo. Con los actuales precios del petróleo, los proyectos de exploración para buscar nuevos yacimientos se paralizan hasta mejor momento. Por otro lado, las explotaciones menos rentables, es decir las que tienen mayores costes, que eran viables con el petróleo a 100 dólares, ahora son imposibles de mantener ya que operan a pérdida. Por tanto, se cierran.
Las empresas de maquinaria y suministros petrolíferos podrían experimentar tiempos difíciles al no abrirse nuevas explotaciones, verían reducirse sus ventas y aumentar su stock. Todo esto lastraría sus beneficios. En el otro lado están las empresas petroquímicas, dado que su principal materia prima se abarata, verán aumentar sus beneficios.
La energía barata impulsará el gasto a largo plazo e incluso el derroche, la demanda de petróleo crecerá. Dado que tenemos un proceso de oferta menguante que se cruza con una demanda ascendente, en el futuro podríamos ver una escasez que haría regresar los precios a valores más altos que los máximos históricos ya que retomar los proyectos de exploración y reabrir instalaciones cerradas no es directo y se podrían necesitar años para reequilibrar la balanza de la oferta y la demanda.
Es tiempo de aprovechar las energías renovables. La bajada del precio del petróleo tiene un efecto doble en su relación con la adopción de energías renovables. En el corto plazo, el menor precio del gasóleo genera un mayor consumo -malo para las emisiones de CO2- y evita la adopción de energías alternativas y mejoras de eficiencia energética, sobre todo a nivel del sector industrial y doméstico. Sin embargo, según las previsiones, esta bajada del precio no puede ser permanente y es interesante conocer que los inversores están mirando las opciones de energía renovable con mucha mayor atención. La dirección de desarrollo de una sociedad no puede ser la de utilizar esta coyuntura en el precio del petróleo para extender más infraestructura relacionada con el combustible fósil que evidentemente tendrá una vida útil limitada y contraproducente. Mucho más inteligente será potenciar inversiones que nos proporcionen resistencia, independencia y estabilidad energética y que nos compren acceso a energías renovables a menor coste hacia el futuro. El futuro tiene que ser renovable, sea cual sea el precio de petróleo; si podemos aprovechar esta caída para abaratar nuestro acceso a ese futuro, le estaremos haciendo un gran servicio a las generaciones venideras.